Cuantas veces oímos como personas, que se
encuentran por la calle en ocasiones son victimas de hechos desafortunados. Gente que ha sufrido
algún desvanecimiento o incluso caer en las andanas de un tren. Y que en el lugar preciso, hay gente solidaria personas anónimas para ayudarles.
LAS ABARCAS DESIERTAS
Miguel Hernandez
¡Arriesgan su propia vida por
intentar salvarlos!..
¡Son héroes anónimos!.Personas corrientes, que no destacan.
Pero que su buen hacer los consolidan como personas buenas.
Por su valentía y
ayuda para con el prójimo.
Es cierto que en el mundo en el que nos encontramos..¡No es fácil .Pero aún se dan tales hechos!, en personas con principios y valores y porque tienen
buena conciencia.
Es de gran importancia y generosidad por parte de ellos,
porque se ofrecen para ayudar codo con codo..¡No a codazos!.
LAS ABARCAS DESIERTAS
Por el cinco de enero,cada enero ponía
mi calzado cabrero a la ventana fría.
Y encontraban los días,que derriban las puertas,
Y encontraban los días,que derriban las puertas,
mis abarcas vacías,mis abarcas desiertas.
Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:
Nunca tuve zapatos,ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,siempre penas y cabras.
Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,
Me vistió la pobreza,me lamió el cuerpo el río,
y del pie a la cabeza pasto fui del rocío.
Por el cinco de enero,para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero una juguetería.
Y al andar la alborada removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana
Por el cinco de enero,para el seis, yo quería
que fuera el mundo entero una juguetería.
Y al andar la alborada removiendo las huertas,
mis abarcas sin nada,mis abarcas desiertas.
Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana
para ver el calzado de mi pobre ventana.
Toda la gente de trono,toda gente de botas,
se rió con encono de mis abarcas rotas.
Rabié de llanto, hasta cubrir de sal mi piel,
por un mundo de pastay un mundo de miel.
Por el cinco de enero,de la majada mía
mi calzado cabrero a la escarcha salía.
Y hacia el seis, mis miradas.Hallaban en sus puertas
mis abarcas heladas,mis abarcas desiertas.
Miguel Hernandez
No hay comentarios :
Publicar un comentario
La mitad de la alegria reside en hablar de ella