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sábado, 8 de marzo de 2014

"Poema cuaresmal".



Ofrenda.
Dame tu mano María.La de las tocas moradas.
Clávame tus siete espadas en esta tarde baldía.
Quiero ir contigo en la impía tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla quiero ver si se retrata.
Esa lividez de plata esa lágrima que brilla

 Dejame que te restañe,ese llanto cristalino
Y a la vera del camino permite que te acompañe
Deja que en lágrimas bañe la orla negra de tu manto
A los pies del árbol Santo donde su fruto se mustia
Capitana de la angustia no quiero que sufras tanto

Que lejos madre la cuna y tus gozos de Belén
No mi niño.No, no hay quién de mis brazos te desuna
Y rayos tibios de luna le acariciaban la piel
Sin despertarte que larga es la distancia y que amarga
De Jesús muerto  a Enmanuel.

¿Dónde está ya el mediodía luminoso en que Gabriel
Desde el marco del dintel te saludó –Ave, María?.
Virgen ya de la agonía,tu hijo es el que cruza ,ahí.
Dejame hacer junto atí ese augusto itinerarío
Para el monte del Calvario, atame en Gepsemaní.

Atí doncella graciosa hoy maestra de dolores
Playa de los pecadores, nido en el que el alma reposa
Ati ofrezco pulcra rosa. Las jornadas de esta vía.
Ati madre a quien quería cumplir mi humilde promesa.
Ati celestial princesa Virgen Sagrada María.

Tercera estación…………

Atan barbará congoja y pesadumbre declinas
Y tus rodillas divinas se hincan en la tierra roja
Y no hay nadie quien te acoja envano un auxilio imploras.
Vibra en ráfagas sonoras el látigo del blasfemo.
Y en un esfuerzo supremo lentamente te incorporas

Como  el cordero que viera.Juan el dulce evangelista,
Así estás ante mi vista tendido con tu bandera.
Tu mansedumbre a una fiera,venciera y humillaría.
Ya el cordero se ofrecía por el mundo y sus pecados
Como mis pies atropellados,como a un estorbo le hería.

Penúltima estación

He aquí helados cristalinos,sobre el virginal regazo
Muertos ya para el abrazo.Huyeron los asesinos.
Que soledad sin colores.Oh Madre mía no llores.
Como lloraba María.La llamaban desde aquel día.
La Virgen de los Dolores.

¿Quién fue el escultor que pudo dar morbidez al marfil?.
¿Quién apuró su buril en el prodigio desnudo?.
Yo,Madre mía ,fui rudo artífice,fui el profano.
Que modelé con mi mano ese triunfo de la muerte
Sobre el cual tu piedad vierte calidad perlas envano.

Viacrucis 1929.

Jerardo Diego.
Juolina