Para decir adiós a este paisaje
Al de esta tierra bien amada
He subido al Castillo bien oscuras
A sorprender la madrugada
Por las dormidas calles como aplausos
Mis pasos limpios resonaban
En el silencio salpicado. ¡Solo!
De golondrinas charlatanas.
Ya desde arriba era perfil mas puro
En la precisa lontananza.
Y mas sonoro el aire en su silencio
No traspasado de cámpanas
Aún las leves espumas allá abajo.
Su parloteo refrenaban.
Y era mas sordo su rumor eterno
Como de olas y resacas.
Con que colores frescos y lavados
La tierra gris se barnizaba
Que perezosa y luminosamente
Iba surgiendo la mañana.
Era un nuevo matiz a cada instante.
Pajaros nuevos que cantaban
Hasta que el sol plantó en cumbre y torres
El oro nuevo de su lanza.
Las ventanas bañaron sus pupilas,
En la naciente luz de gracia
Y en su largo y sonoro desperezo
Se despertaron las campanas
Quedose azul el Cielo,verde y rosa
Campiña,cerros y montañas.
La calle gris de plata y la arboleda
Luz amarilla y sombra malva.
Gerardo Diego